-Mi respuesta es sí.
El gira la cabeza mirando de reojo a su asistente y este entiende la orden. Al instante le pasa una carpeta negra de cuero.
-Este es el contrato- dijo resbalándolo sobre la mesa.
- ¿Tan rápido?
- Era obvio que aceptarías.
- Pude haberme negado.
- Con una abuela enferma que depende de ti, una madre que te odia, un padrastro vicioso y una hermana que solo te usa como su centro de donación de médulas, creo que negarte es un lujo que no puedes darte.
- ¿Cómo sabe todo eso?
- He investigado sobre ti.
Ella arque una ceja.
-No te confundas, no indagué sobre ti porque me interesaras, en realidad me importa poco tu vida. Así que acerté en que aceptarías.
- Eres un hombre calculador.
- Dime algo que no me hayan dicho antes.
Ella toma los papeles y comienza a leerlos.
- ¿Enserio tendré los derechos de una esposa de verdad?
- En efecto- responde recargándose en su asiento.
- No habrá intimidad- reflexiona sobre una cláusula del contrato.
- No me interesa tocarte. Eres mala pa