--Quién eres tú, quítame tus asquerosas manos de encima.-- trate de moverme pero dios! era imposible.
-- Oh nena!! es cuestión de minutos para que la droga haga efecto y seas tú quien me ruegue por más.-- contestó mientras se me repegaba dejándome sentir su miembro en mi trasero y olfateaba mi cabello
Me sentí tan asqueada y miserable, y ahora que le iba decir a Bruno, después de esto seguro que no querrá verme de nuevo y mucho menos casarse conmigo, lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, y tal como dijo el tipo, ya no podía más con la excitación que empecé a sentir.
-- Ya te sientes caliente nena!!-- dijo esa maldita voz ronca.
-- Sueltame maldito!-- de pronto todo tuvo sentido, el último trago, el baño solo y obscuro, alguien me había puesto en esta situación apropósito y yo estúpida caí.
El hombre me apretó fuertemente con una sola mano mientras con la otra escuché como se bajaba la cremallera de su pantalón y después comenzó a subirme rápidamente mi vestido.
-- Nooo....sueltame