Llegamos al restaurante, uno de los mas lujosos, porque lo mejor debo ofrecer a la señorita que tengo como acompañante. Bet observa todo con adoración y con notable nerviosismo, la dirijo a nuestra mesa el cual nos otorga un joven que no ha quitado los ojos de mi chica.
La ayudo a sentarse, y una vez que lo hace me dirijo a mi lugar. El mesero se acerca para tomar nuestro pedido y me atrevo a pedir por ambos. Cuando el joven se retira me quedo mirándola con adoración.-Tu forma de mirarme me pone nerviosa. - confiesaLe doy una sonrisa ladeada mientras remojo mis labios y me incorporo. - ¿Porqué?-Esto es muy lujoso. Jamás he visitado uno. - dice cohibida y cambiando de tema lo cual hace que niegue lentamente con la sonrisa aun puesta en mi rostro.-¿Si te sientes incómoda podemos irnos? – pregunto.- No, tranquilo. Sólo que no estoy acostumbrada. - se encoge de hombros m