Christine miró a Björn en silencio casi a punto de explotar.
―Deberías de entrar a la subasta, podrías encontrar algo que te llame la atención. ―el tono que usó Christine estaba vestido de sarcasmo, Björn negó mirando la pantalla de su celular, en espera de algún mensaje o llamada. ― ¿No quieres entrar?―insistió Christine.
―No. Nunca me han llamado la atención las subastas. Ya tengo todo lo que quiero. ―dijo levantando la mirada a la mujer frente a ella. ―Y no necesito nada más.
―Esta es una muy especial. Pero bueno, tú te lo pierdes. ―Christine sonrió y se giró para caminar a uno de los salones dónde estaba la subasta. Björn llamó a Thomas pero este no contestó, insistió de nuevo, no era de su agrado ese lugar, prefería manejar el hotel, el club se le hacía bastante oscuro, ya ten&ia