Nos hemos detenido en una heladería porque deseaba comer un delicioso helado desde hace mucho tiempo y los antojos hacían parte de mi rutina de todos los días.
- ¿De qué sabor quieres tu helado? - enarca una ceja mientras mantiene su vista fija en la vitrina.
- Hmm - achino los ojos-. Fresa - sonrío y señalo el sabor con mi dedo.
- Uno de fresa y uno de chicle - le da la orden al chico encargado de tomar el pedido de la heladería este lo apunta en la registradora y nos pide que nos hagamos a un lado para recibir el pedido.
Suelto una risita.
- ¿Qué sucede? – pregunta, enarca una ceja y esboza una sonrisa mien