Eric.
Tomo dos vasos de vidrio donde coloco unos cuantos hielos y sirvo borbón. Tomó los vasos y le entregó uno al peligro quien está sentado en su escritorio.
—¿Y bien? ¿Funcionó? — preguntó una vez tomó asiento frente a él.
—Supongo que sí. — Se encoge de hombros con una sonrisa maliciosa.
—¿Supones? Lleva más de tres meses desde que te la follas y ¿aún no te ha dicho nada? — Inquiro.
—Estoy seguro de que está embarazada, pero tal vez aún no sabe cómo decirlo.
—¿Y que te asegura que no va a abortar? — Cuestionó, su ceño se frunce y su semblante se oscurece.
—No lo hará, ha sido criada para esto, sus padres son muy cultos como para que ella siquiera piense en esa posibilidad. — Asegura.
—No la subestimes, es amiga de Helen, no tiene ni idea de lo que es capaz esa mujer.
—Puede ser, pero recuerda que ellas han sido criadas para estar a la sombra de un hombre. Puede que sean astutas pero son mujeres, en cuanto salen embarazadas se les quita cualquier duda y se vuelven sumisas. — Asiento