"Ava, despierta. Ya está lista la cena". Su voz me saca de mis sueños.
No fue un buen sueño, pero tampoco fue malo. Fue uno de esos sueños que te deja con confusión e imágenes vagas de lo que soñaste.
"¿Iris?".
"No te preocupes. Se despertó, le di un biberón y volvió a dormirse", responde, sus ojos buscando los míos.
Asiento con la cabeza, luego hago a un lado las sábanas y me levanto. Al estirarme, siento que mis huesos se aflojan y se realinean de la manera más deliciosa.
"¿Por qué duermes aquí en vez de en nuestra cama?", Rowan pregunta, mirándome profundamente a los ojos.
Todo lo que había estado evitando se estrella contra mí y me recuerda la razón por la que estaba en esta cama y no en el dormitorio principal.
Siento que la irritación y la ira surgen dentro de mí. Mi calma desaparece y en su lugar hay un sabor amargo. ¿Por qué me mentiría? ¿Por qué me estaba ocultando cosas? ¿De verdad quería que empezáramos nuestra nueva relación así? Construyéndola en una base de mentira