UNA LUNA DESPRECIADA.
UNA LUNA DESPRECIADA.
A la mañana siguiente, el aire estaba cargado de una tensión palpable entre Erika y Malakay mientras partían rumbo a la manada Snow. A pesar de su renuencia a tener cualquier tipo de contacto con su nuevo compañero, Erika sabía que era necesario preguntar; después de todo, iba a ser la Luna de la manada y con ello, nuevas responsabilidades vendrían.
― ¿Cómo… cómo es la gente de tu manada? ¿Crees que me acepten? ―preguntó con una voz insegura, mirando de reojo a Malakay.
Él la miró por un segundo y finalmente respondió con desdén.
―Serás su luna. Que les gustes o no, eso no importa. Nuestra unión tiene un propósito, Erika, no confundas las cosas.
― ¿Qué estás tratando de decir? ―insistió ella.
El lobo se detuvo y tomó un gran suspiro.
―Lo que trato de decir es que ellos saben para qué te uniste a mí, y por si tu padre o tu tío no te lo dijo, pues entérate ahora. Me uní a ti para tener hijos, mi manada necesita crías nuevas; están muriendo y como Alfa debo as