Capítulo 25: Fuego y mariposa.
El viento soplaba cálido, con un deje de nostalgias cargadas de recuerdos. El aroma de aquel perfume, embriagaba sus sentidos, y aquella mujer en sus brazos había empapado su camisa con las lágrimas que no pudo seguir conteniendo. Rodeándola con sus propios brazos, Caleb se sintió por primera vez plenamente dichoso, y deseo más que nunca proteger a la única mujer que había amado siempre.
— Gracias por salvarlo...el fue un regalo de mi querido abuelo — murmuró ella.
Acariciando su sedosa cabellera castaña, se sintió aliviado de saberla en paz. ¿Cómo había llegado a esto? Era sencillo, bastó con verla una sola vez cabalgando cuando aún eran demasiado jóvenes para entender lo que era el amor. Desde ese momento y hasta ese día, nunca pudo apartarla de su mente, y aún cuando había huido de sus recuerdos, ella vivía bajo su piel, era imposible escapar de ella...de sus sentimientos.
— No hay nada que agradecer — respondió.
Elianna sintió el aroma de Caleb Auritz, era similar al pino de lo