Capítulo 737
Alfredo se balanceó ante sus ojos, un golpe sordo, y se desplomó.

Gabriela quedó completamente perpleja.

Al segundo siguiente, se agachó para revisar su condición.

Alfredo evitó las miradas de esas personas y le guiñó un ojo.

Gabriela se quedó sin palabras.

¿Estaba fingiendo?

¿Por qué estaba fingiendo?

Antes de que pudiera entenderlo, de repente el hombre calvo se preparó para irse.

Alfredo tiró de su ropa y le dijo en lenguaje de señas: —Necesitamos, dinero, para, atención médica.

Gabriela de repente entendió.

Se levantó y dijo: —¡Oigan, no se vayan! ¿Piensan que pueden golpear a alguien y simplemente irse así?

El hombre calvo se giró, con una mirada feroz en sus ojos: —¿Quieres chantajearme?

—No, simplemente, él está inconsciente ahora y debe ser llevado al hospital. Fueron ustedes quienes lo golpearon, así que deben ser responsables —dijo Gabriela.

El hombre calvo se acercó.

Rodrigo se interpuso entre Gabriela y el hombre calvo, imponiendo su autoridad sin enojarse: —¿Qué pretendes
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