Arlo estaba completamente debilitado, entrando y saliendo de la conciencia por el dolor y el agotamiento. No tenía idea de lo que estaba por venir.
En medio de su ansiedad, escuchó de pronto que llamaban a la puerta.
Callum anunció desde afuera con tono respetuoso, "Señor gobernador, tiene una videollamada del señor Griffin. Lo está esperando".
Arlo frunció el ceño. El “señor Griffin” solo podía ser Tarlon, su tío abuelo.
Aun así, no entendía por qué Tarlon había contactado a Callum en vez de llamarlo directamente.
Mientras intentaba aclarar su mente, sintió un pequeño espasmo en el ojo, como si algo malo se avecinara.
No podía darse el lujo de tardar. Callum había dicho que Tarlon estaba esperando, lo que significaba que era un asunto urgente y, además, algo que Callum debía escuchar también.
Con dificultad, Arlo se puso de pie y abrió la puerta.
Callum entró sosteniendo el teléfono y lo extendió hacia Arlo. En la pantalla aparecía Tarlon.
"Adelante", dijo Arlo.
Callum dio un