Kenny, Ivy y los demás vicepresidentes se sintieron aliviados de que Tim estuviera dispuesto a ceder su puesto, pues habían estado preocupados de que Kenny los obligara a renunciar a sus puestos.
Si bien estaban hartos de Jacob, ninguno de ellos quería convertirlo en enemigo cuando contaba con el apoyo de Don Albert.
De hecho, ninguno de ellos se atrevería a negarse a dejar su puesto, incluso si resultara elegido.
Aun así, Kenny no pudo evitar hacerle un gesto a Ivy con el pulgar debajo de la mesa, al ver que el asunto estaba resuelto por el momento.
Incluso él tuvo que admitir que el plan de su esposa era perfectamente preciso. Con la aprobación de Tim, podrían reorganizar sus respectivos puestos para acomodar a Jacob cuando regrese mañana.
Incluso ella dijo justo entonces: “¡Brindemos en honor a Tim! ¡Gracias a él hemos resuelto esto!”.
“¡Sí, exacto!”, exclamó Kenny, poniéndose rápidamente de pie y levantando su copa, les dijo a todos: “Vengan, brindemos en honor a Tim y agrade