Elaine pareció desconcertada y rápidamente preguntó: “¡¿También has conocido a Matilda?!”.
Fue entonces cuando Claire se dio cuenta de que había dejado salir al gato de la bolsa y de repente no supo qué decir. ”Oh... Eh... Mamá... Yo, eh... ¿no?”.
Sin embargo, Elaine de repente la presionó amenazadoramente: “Si nunca la has conocido, ¡¿cómo sabrías que es una persona seria?!”.
Mientras Claire permanecía en silencio, Elaine rompió a llorar. “No... ¡Tú también me estás mintiendo! ¿O no?”.
Mientras Claire se quedaba sin saber cómo debía arreglar este desastre, Charlie entró de repente y dijo: “Claire no… pero yo sí”.
“¡¿Qué?!”. Elaine se quedó mirando a Charlie, aturdida.
Aun así, ella pronto preguntó: “¡¿H-Has conocido a Matilda?! ¿Jacob te llevó con él a verla?”.
“Sí”, admitió Charlie, asintiendo.
Elaine se enojó en ese momento y gritó: “¡¿Entonces por qué no me lo dijiste?! ¡Pensar que siempre me he portado bien contigo, tratándote como a mi propio hijo, pero no me dijiste que