“No hay problema”, le aseguró Emmett con una sonrisa. “No te preocupes. Todo ha sido preparado. El vuelo aterrizará en Punta Este en dos horas y habrá periodistas militares para capturar algunas imágenes. A las 10 p.m., se entregarán algunas imágenes editadas para la transmisión de noticias de la noche. Puedes estar pendiente”.

“¡Maravilloso!”. Charlie sonrió. “Esperaré a que se publique la noticia”.

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Justo cuando el avión de Emmett despegaba de la Colina Aurous, el Boeing 777 en el que viajaba Fleur finalmente aterrizó en el Aeropuerto Kennedy de Nueva York.

En el avión, Fleur se sentía un poco apretada y agitada.

A pesar de su determinación de venir a Estados Unidos para la Torre del Tesoro de Cuatro Lados, no pudo evitar sentir una sutil sensación de inquietud cuando pensó en cómo recientemente había roto décadas de vida de bajo perfil y había estado saliendo con frecuencia.

Fleur casi nunca había salido de la base desde el comienzo de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la