Al verse inmersa en la escena de la gente lamentándose y llorando, Elaine se olvidó por completo de su dinero.
Cuando la idea le vino a la mente, se volvió hacia Charlie y le gritó: "¡Deprisa, pídeles que me devuelvan el dinero! ¡Ganaron más de dos millones de dólares de mí!".
Charlie les pidió que donaran su dinero a la Fundación Esperanza por dos razones, una era para castigarlas y la otra era para darle una lección a su suegra.
‘Siempre fuiste muy codiciosa e insatisfecha con tu situación actual, ¿no es así?’
‘Eras adicta al juego de azar, ¿no?’
‘Pensabas que podías hacer una fortuna y ser rica jugando al mahjong, ¿no?’
‘Bueno, ¡te dejé perder todo tu dinero para que esta experiencia se te quede grabada en tu mente!’
Charlie miró a las mujeres en el suelo y preguntó, sabiendo ya cuál sería su respuesta: "Oye, sobre el dinero que ganaste de mi suegra, ¡discutan rápidamente cómo van a pagarselo!".
Intercambiaron miradas perplejas y exclamaron: "Hemos donado todo nuestro dinero