Cada una de las palabras de Charlie impactó profundamente el corazón de Sheldon.
En este momento, cuando se imaginó subiendo al trono ensangrentado con las cabezas de Jaime, Sophie y Rosalie en ambas manos, él sentía que su corazón estaba a punto de explotar instantáneamente.
Sus lágrimas empezaron a brotar mientras decía en voz alta: "¡No! ¡No es así! ¡Nunca he pensado en utilizar ninguna de sus vidas a cambio de riqueza y estatus! ¡Siempre me he visto impotente y obligado a hacerlo! No fue mi propia voluntad".
Sheldon se volvió aún más emotivo mientras continuaba hablando: "¡Mi padre era el que había estado haciendo todo esto! Además, cada vez él que tomaba este tipo de decisiones o cada vez que emitía este tipo de órdenes, nunca me lo contaba. Yo también sufro mucho, ¡pero no hay nada más que pueda hacer!”.
Charlie preguntó con frialdad: "¡¿Realmente no había nada más que pudieras haber hecho, o elegiste hacer la vista gorda?!".
Sheldon se arrodilló en el suelo con un golpe mie