En ese momento, a altas horas de la noche en el Aeropuerto Internacional de Punta Este, el avión privado en el que estaba Dylan Koch aterrizó.

Durante todo el vuelo, Dylan estuvo nervioso después de tragarse el collar de rubíes.

Temía que el collar le causara una obstrucción intestinal en su sistema digestivo y que estuviera en grave peligro. Afortunadamente, aterrizó sano y salvo en Punta Este.

Tan pronto como el avión aterrizó, inmediatamente maniobró por la pista hasta el hangar donde ya estaba esperando una ambulancia.

La familia Koch era muy poderosa y rica en Punta Este con un patrimonio neto de al menos quinientos mil millones de dólares. No solo tenían su propio equipo de médicos y especialistas, sino que también tenían su propio hospital privado.

La ambulancia que había venido a recogerlo al aeropuerto era del hospital de la familia Koch.

En la ambulancia iban el vicepresidente del hospital y varios gastroenterólogos.

Estos expertos se pusieron particularmente nerviosos