Esta mañana, Claire se sentía la mujer más feliz del mundo.

Por otro lado, había una mujer que se sentía la más desafortunada del mundo.

Esta mujer era Hannah, que estaba en el Hospital Alas Plateadas.

Estaba en el departamento de ginecología esperando su turno. Había una cola muy larga delante de ella antes de que llegara su turno.

Tras entrar en la sala, la doctora comenzó con una revisión rutinaria, pero incluso la experimentada doctora se quedó boquiabierta cuando vio el estado real en el que se encontraba Hannah y le preguntó: "¿Qué está pasando? ¿Por qué se ha hecho esto? ¿Acaso no se preocupa su higiene personal?".

A pesar de que era una doctora la que la atendía, la cara de Hannah se puso de un feo tono rojo por sus comentarios, y deseaba poder desaparecer de esta sala ahora mismo.

Se cubrió la cara avergonzada y dijo: "Doctora, para ser sincera, es por culpa de mi hombre. A él no le importa mucho la higiene...".

La doctora se quejó, acompañada de un fuerte suspiro: "¡De