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Capítulo 7: Una noche muy extraña

Gracias a la gran idea que Elaine tuvo al decir que todos saliéramos como si fuéramos un grupito de amigos, me debatía con mi mente a pensar que ponerme para esta noche. No quería decirle nada a ella con respecto a mi vestuario porque de seguro me prestara otro vestido de su hermana, el cual me quedara corto y será imposible no morir esta vez de vergüenza al tener a Caden presente recordando que él me salvo de un cínico que se quería aprovechar de mí estando ebria.

No quería tener una mala noche, ni mucho menos esperaba que todo resultara bien cuando tengo a un enemigo cerca, en verdad Caden por su aspecto frío, manipulador y narcisista ha creado en mí, un odio que jamás había esperado tener en una persona, quizás pueda tolerarlo ciertas veces pero estoy segura que si esta vez se le ocurre decir una grave tontería, que no se espere que me quedaré callada. Ya demasiado he tenido de sus ridículos comentarios irónicos que es extraño aún que no lo haya hecho callar cuando ha sido necesario hacerlo.

De nuevo reviso mi ropero y con la poca ropa que tengo, no me queda de otra que usar el suéter rosa, unos jeans azules y unos tennis blancos que la misma Elaine me regalo en mi pasado cumpleaños con la posibilidad que en algún momento la usara. No lo digo porque la ropa no me gusta, por lo contrario me gusta tanto que a veces pienso en si usarla o no, pero a medio camino me arrepiento en ponérmelas por la idea de que pueda terminar arruinando o gastando la ropa que no me quedará de otra que desecharla y aunque sé que todo tiene un comienzo y un final, siempre llego a pensar en el valor que tiene las cosas que me regalan y con solo ver la marca de la ropa que me pondré, es de considerar que Elaine le costó un buen dinero.

Además, estaba entre esa ropa o tener que usar una que me regalo Justin pensando que en cualquier ocasión usaría; pero unos minis shorts, una camisa de tirantes verde y una chaqueta azul, me hacían pensar de más. No es que creyera que es la ropa indicada para una cena informal que tendremos todos pero todo lo que tengo de ropa ya está más que usada y a la vez, no tengo nada especial para decir que mi estilo es nuevo. Y aunque sé que Justin se llegaría a sentir bien por usar su ropa de la cual hasta ahora no ha llegado a ver que me la llegue a poner, tampoco dudo de que Elaine no llegará a gritar de la felicidad por usar su regalo; así que tomando al final una decisión correcta, no tardó mucho en entrar a la ducha y empezar a darme un largo baño para así luego cambiarme y estar preparada para la noche.

No puedo creer aún que Caden hubiera aceptado a salir con mis amigos y yo si ni siquiera él parece formar parte del club, Adrién y él parecen ser unos tres a cinco años mayores que nosotros y aunque su madures no se refleja en su propia edad, puedo decir que a la par de ellos nos vemos como unos completos críos que parecen ser cuidados por sus hermanos mayores. Para Elaine esto es felicidad, para Justin todo parece ser igual pero para mí, esto parece no acabar.

Si he querido encontrar muchas respuestas del por qué Caden se comporta tan extraño conmigo, sé que ni con esta salida llegaré a encontrar una dicha respuesta que me a satisfacer. Y es por la simple razón que él es un hombre extraño que parece estar muy adentro de su mundo y que parece no salir de él ni que le tuvieran que sacar con empujones o golpes.

Mi ignorancia posiblemente también ha consistido en no querer conocerlo profundamente, quizás sea por el poco interés que le tengo a pesar de ser mi único vecino con casi de mi edad que vive al lado mío o también pueda ser que por su tez dura y reservada me ha dejado claro que no dejara que cualquier persona entre a su vida y a su territorio con sencillez; no me importaría mucho ambas cosas porque a pesar que Caden es ese tipo de persona misterio que a cualquiera le llega a tentar descubrir sus mayores secretos, parece guardar hasta el fondo de su ser, todo aquello que permite no ser conocido o liberado en algún momento.

Salgo del cuarto de baño para buscar mi ropa interior e irme poniendo la ropa que he decido llevar; lo extraño de todo es que cuando me veo en el espejo, la ropa parece encajarse en mí a la perfección, porque con los tonos que llevo puestos, hace resaltar lo que es mi piel, mi cabello y posiblemente la poco inocencia que demuestro.

Suspiro irritada a pesar que sé que me gusta cómo me queda la ropa, lo que lo arruina es que no la usaré para algo especial; esto hace que de nuevo dude de mis propias decisiones y estoy a punto de escoger unos pantalones para no ocupar esta bonita ropa si no hubiera sido porque escuché como tocaron una puerta; pensando que podía ser la mía no dude en trotar con los pies húmedos y descalzos hasta la sala donde al estar a punto de abrir la puerta, el sonido de otra puerta al abrirse hizo que me detuviera para luego escuchar una voces que hicieron que mis sentidos se avivarán al reconocer la voz de Caden y de Zöe.

—Creí que debías saber. —Le grito Zöe a Caden.

—Ya lo sabía, pero dudaba que terminara por suceder—su tono de voz parecía irritada.

—Debes de volver Caden, tus padres necesitan que vuelvas a la manada. —Me bloqueé al escuchar esa palabra.

—No es el momento, no volveré hasta saber de dónde aparecen tantos lobos. —Hice un gesto de duda al escuchar sus palabras.

—Sí quieres encontrar al alfa tienes que...—dejo de hablar Zöe. —Veo que alguien nos está espiando. —Cerré los ojos fuertes ante aquel comentario.

—Es común. —Dijo Caden.

Escuché uno pasos alejarse hasta no volver a escuchar más palabras así que solo me quedé parada en aquel lugar mientras dudaba de nuevo en aquellas conversaciones extrañas de las cuales solo ellos parecían entender.

Observé la hora y faltaba poco para que Elaine pasara a recogerme, así que volví a mi habitación para arreglar mi cabello húmedo y terminar por maquillarme a modo natural sin excederme de los tonos de las sombras de ojos, el labial y los polvos.

La noche es un poco fría así que no tarde en buscar una bufanda para agarrar calor si a Elaine se le ocurría que fuéramos a cenar a un lugar con bajas temperaturas, si no estoy segura que moriré de frío y lo único que quedará de mí será mi cuerpo petrificado.

Con un mensaje en el celular que cayó a las 6:15 pm, me confirmo que Elaine ya se encontraba esperándome, así que guarde la bufanda en una cartera y puse mis documentos con una billetera crema con un poco de dinero.

Al salir de mi apartamento, le puse llave para luego caminar a través del pasillo, no sabía si Caden ya se había marchado por la simple idea que ya no escuchaba ni un sonido en su territorio pero como no soy quien para avisarle que lo espero en el lugar que posiblemente Adrién le ha indicado llegar, solo me retiro para salir del edificio y ver como Elaine va vestida con unos jeans ajustados, una blusa rosa y encima una chaqueta de cuero combinada con sus botines.

— ¡Oh Dios! ¡Por fin decidiste usar lo que te regale!—veía el entusiasmo de sus palabras en su rostro.

Estuve a punto de contestarle si Adrién no hubiera salido de una camioneta Lincoln Navigator 2018, me sorprendí ver el enorme auto que pronto me di cuenta que por dentro también se encontraba Justin y Molly, la verdad es que no me sorprendía que mis amigos y yo, termináramos yendo en el mismo auto del presunto desconocido que apenas acabamos de conocer, mi asombro es que como Caden y Adrién tienen medios de transporte tan actuales y de buen gusto para las personas si se ven tan jóvenes para tener lo que una persona de unos treinta años llegaría a obtener si fuera millonario pero no de nacimiento. A veces llego a pensar si ambos son parte de una banda de criminales, son parte de una mafia, o venden o exportan algún tipo de droga o simplemente se ganaron la lotería.

Sigo admirando como una tonta el auto moderno color rojo sin llegar a mover un dedo, abro la boca y de ella no sale nada además de un suspiro que hace que mejor la cierre y camine hasta Elaine que le sigue brillando lo ojos y sin querer ser pesimista me pregunto, cuánto tiempo durara su felicidad al lado de Adrién.

—Buenas noches Gemma—me saluda Adrién al ver cómo viene vestido como si fuera parte de una banda de chicos malos.

—Hola Adrién. Linda camioneta—sonrió y asintió.

—Gracias. Te vez bien esta noche—le di media sonrisa.

—Gracias. —Mire a Elaine que parecía no mostrar ni una señal de celos. —Elaine, me dirás a dónde vamos. —Ella rió.

—No. Pero pronto sabrás. —Parecía una niña con su modo de expresar su emoción.

Suspire derrotada y pronto ambas caminamos hasta el auto en donde Adrién siempre con su cortesía de caballero, me abrió la puerta del auto y entre hasta escuchar los saludos amistosos y alegres de Justin y Molly. Por la ventana observe como Adrién le abría también la puerta a Elaine donde ambos se dieron una mirada, se sonrieron y luego ella dejo de verlo para enfocarse en la calla por donde el nuevo amorío de mi amiga, pasaba por delante del auto hasta entrar en él para marcharnos.

—Pensé que Caden vendría con nosotros—comento Elaine.

—Tuvo un asunto que resolver, nos alcanzará pronto—le respondió Adrién.

Tenía la curiosidad de preguntar en que trabajan ambos para ver que su vida es tan relajada y sin preocupaciones porque desde que Caden se fue a vivir en los apartamentos no le he visto tan solo una vez que se vea motivado a trabajar, ya que solo pasa fuera por las noches y por las mañanas y tardes se encuentra en su apartamento haciendo cualquier cosa además de hacer tanto ruido con su tipo de música que es milagro que aún no haya roto mis tímpanos.

—Tanto misterio Elaine, porque mejor no nos dices de una vez a dónde vamos—estuve de acuerdo con Justin.

—Por ahora tengo pensado secuestrarlos, llevarlos a un muelle, hacer que inhalen cloroformo en una manta para que así se queden dormidos y pueda sacar de ustedes buen dinero al vender sus cuerpos—rodé mis ojos con risa ante el nuevo cuento de mi amiga.

—Que graciosa, no te pregunte como querías deshacerte de nosotros si algún día te cansas de nuestra amistad—dijo en tono burlón Justin.

—Cállate Bieber, solo guarda tu impaciencia. Llegaras a tu casa sanito y en piezas completas, te lo prometo. —Le guiñó el ojo. —Aún no tengo planeado algo malo contigo.

—Deja de decirme Bieber. —Farfullo molesto.

Molly dejo ir una risa que provoco que Justin cruzara sus brazos y se encogiera dentro de su chaqueta negra, hizo un puchero como si fuera un niño y termino por ver la calle sin decir otra palabra. Molly como una buena y dulce novia, le dio un beso en la mejilla mientras se acercaba a él y ponía su cabeza en el hombro de él.

Todos se encontraban con sus respectivas parejas, bueno no al cien por ciento por Adrién y Elaine pero parecía serlo a simple vista con solo interpretar sus miradas, las bromas que se hacían entre ellos mismos y las risas o sonrisas que llegaban a mostrarse uno al otro.

Rodé los ojos y fue cuando me di cuenta que me encontraba en ese lugar llamado Friendzone, no podía creer que seguía soltera, sin una relación amorosa y con alguien que por lo menos me hiciera de mis días diferentes. Y aunque la idea de tener novio no siempre ha estado en mi cabeza, no sé porque añoró tener uno cuando nunca me ha hecho falta tener un hombre a mi lado.

Sin querer entrar en esa soledad con la cual ha veces he vivido, me acercó a la ventana y observó las calles solitarias y un tanto iluminadas por las lámparas de la ciudad y por la luz de la luna que se encuentra a penas en su cuarto creciente.

Nos vamos alejando un poco de Portland hasta ver que pasamos por el puente de donde se encuentra el río Willamette, por la velocidad en que Adrién va manejando y a la vez que pasamos por varias ciudades hasta adentrarlos a la carretera, de nuevo mi objetivo es saber a dónde vamos, así que mientras veo en algunas distancias consideradas de los rótulos de las rutas que tomamos para cruzar o seguir en el camino pronto me fijo en que la camioneta sigue su rumbo sin detenerse, la ciudad más próxima es la capital de Oregón, es decir, Salem. Pero conociendo a Elaine, tengo la idea de que el viaje no terminara en Salem así que me imagino que puede ser otro lugar; y aunque la idea de ir a Eugene no sea mala, pienso que es el lugar preciso a dónde iremos porque no creo que nos lleguemos a distanciar más de la cuenta, así que mientras me siento un poco a la orilla de asiento del auto para poner mis brazos en el respaldo de los asientos en donde va Justin y Molly, empiezo a sacar mis propias conclusiones.

— ¿Iremos a Eugene?—veo por el retrovisor como los ojos de Adrién pasan a Elaine.

—Odio cuando analizas los viajes y descubres mis sorpresas—sonrió victoriosa ante la respuesta de Elaine.

Por otra parte sabía que Elaine le gustaba ir seguido a Eugene por el clima y el ambiente que tiene la ciudad por las noches; por lo menos por un lado sabía que resultado obtuvo mi investigación al final en adivinar el lugar en donde vamos; lo que me preocupaba es la hora en que regresaríamos a la casa, por el hecho de que conozco muy bien a mis amigos y por supuesto, las horas que ellos terminan festejando como si fuera su cumpleaños es pasada de la media noche y no creo que sea buena idea de que Adrién tenga que manejar cansado o ebrio.

Con solo una hora con veinte minutos terminamos por llegar a Eugene; Adrién se estaciono en el estacionamiento de un restaurante de diferentes tipos de comida, pero quizás lo que no me asombro es que a solo unos metros se encontraba un club en donde varios jóvenes esperaban entrar para tener una noche de diversión, pero para que eso sucediera, primero debían de pasar la larga fila de espera y segundo mostrar su carnet de mayoría de edad para poder entrar al local.

Cuando baje del auto, sentí el frío aire de la noche, el cielo se encontraba despejado y por supuesto la luna se ve más expuesta por su luz en el oscuro cielo de la noche; aún se encontraban varias personas caminando por la noche, los edificios se encontraban alumbrados con varias luces LED de diferentes colores y los enormes árboles de la zona, se asimilaban como unas sombras que dibujaban varias figuras.

Comenzamos a caminar dentro del restaurante cuando el sonido del motor de una motocicleta hizo que Adrién fuera el primero en darse la vuelta para mirar hacia atrás para yo ser la siguiente y apreciar como Caden se quitaba el casco y pronto le ponía la muleta a la motocicleta para que se sostuviera; se bajó de ella y pronto camino hasta nosotros.

No sé porque por instinto mis pulmones llegaron a retener el aire cuando vi su figura moverse de una manera tan rítmica y sensual que es imposible no tener que quitar la mirada; casi al estar a unos metros de nosotros, solté el aire y suspire al empezar a quedarme sin aire pero el problema se hizo más grande cuando elevo las comisuras de sus labios dejando ir una sonrisa hasta pasar una mano por su cabello café oscuro que termino por peinarse.

— ¿He llegado tarde?—escuché un bufido de parte de Adrién al escuchar las palabras de Caden.

—A tiempo diría—comento su amigo.

—Entonces, porque no entramos. —Propuso a lo que nadie se negó.

Todos caminamos al lado como si fuéramos una pandilla de chicos y chicas malas, lo que me pareció contraproducente fue ver como Caden se puso a mi lado y me daba una de esas miradas típicas de él de cabeza a pies, no llego a hacer ningún comentario pero eso no quitaba que de nuevo me sintiera incomoda a su lado.

Entramos al restaurante y pronto cada quien vio la carta del menú que se encontraba ya en cada mesa, en el momento en que elegimos nuestros asientos y ya no me parecía normal que Caden empezara a quedarse a mi lado, en vez de eso, pensaba que algo quería él de mí o mejor dicho quizás intentará preguntarme sobre lo que escuché cuando llego Zöe a verlo; tengo muchas opciones de poder mentirle pero creo que sería innecesario al saber que él siempre descubre mis intenciones haciendo que me sienta presionada a decirle la verdad aunque no ha sucedido aún porque intento bloquear mi mente y negarme para no soltar mi lengua y decir algo que no debía de decir en frente de él.

Mientras todos leíamos y opinábamos, acerca del menú, observe como Caden formaba parte de las conversaciones que Justin y Adrién soltaban acerca de los frecuentes temas masculinos como deportes, autos, viajes y chicas y aunque Molly pareció celosa de escuchar como Justin daba su opinión con algunas modelos que él conoce, no se diga de Elaine que parecía incomoda y hacía muecas a la hora de escuchar el entusiasmo con el que Adrién se animaba a hablar de mujeres. Caden parecía ser el menos interesado en mujeres y temas de relaciones amorosas, por lo que conozco gracias a su discusión con Zöe, es que con ella ha tenido una aventura durante las últimas semanas que al parecer aunque se peleen siempre permanecen en contacto. 

— ¿Estás listos para pedir?—llegó una mesera quien pareció querer llamar la atención de los tres hombres que están sentados en la mesa.

—Yo un menú número #5—Adrién fue el primero en pedir.

—Yo lo mismo. —Caden, cerró de golpe la portada del libro delgado del menú.

—Yo quiero el #9—Justin empujo el menú hacia adelante.

Elaine, Molly y yo, esperamos que la chicas nos dijera algo pero parecía ignorarnos por seguir mirando la presencia de los chicos que han venido con nosotros; si ella llegará a saber que uno de ellos tiene novia y está presente, se quedaría sin ojos y por supuesto, si llegara a saber que también otra chica está enamorada del moreno con lindo rostro de chico bueno, estoy segura que también se quedaría sin cabello... Con Caden pues... no tengo nada con respecto a decir de él porque sé lo libertino que es aunque tiene su parte madura porque hasta ahora parece no interesarle coquetear con la mesera o quizás por respeto no lo hace.

—Disculpa querida pero te falta atendernos a nosotras—evite reírme al ver el gesto que Elaine le daba a la chica.

—Pensaba que no habían decidido—dijo ella con cinismo.

— ¿Qué puedes leer nuestras mentes para decir eso?—Elaine empezó a discutir.

—Mi amiga quiere el menú #3 y yo el #8 y ¿tu Molly?—intenté evitar una pelea.

—El #3—dijo ella acortando las palabras.

La chica anoto en su libreta el pedido casi sin ánimos y haciendo una mueca con su boca que por supuesto note como Elaine apretaba la manga de su chaqueta como motivo de no soltar alguna que otra palabra indecorosa, sabía que se estaba conteniendo y controlando pero el problema es que la chica siguió provocando más a mis dos amigas para que terminar por explotar y ella hacerse la inocente cuando discutieran.

—Sí necesitan algo, solo llámenme—les guiñó el ojo a los chicos.

—Vaya, que atención—Justin soltó una carcajada con el comentario de Adrién.

El humor de Elaine se desnivelo más al escuchar eso, sabía que ella es demasiado celosa con lo que le gusta pero tampoco no es autoritaria, se controlaba solo por el motivo en que Adrién aún no es nada de ella además de simples amigos que acaban de conocerse pero Molly quien sí debe de estar furiosa, no le dirigió ni una palabra o una mirada a su novio. Solo se limitó a mirar los alrededores y a distraerse con jugar con los cubiertos.

Como siempre, los hombres sin reconocer lo que nos pasaba, siguieron con sus conversaciones hasta que de nuevo la mesera llego donde nosotros nos encontrábamos para dejar las bebidas que estaban compuestas por unas cervezas para los chicos y nosotros unos jugos naturales. Antes de que la comida llegara, decidí que sería mejor que las chicas y yo nos relajáramos un momento en el baño, así que susurrándole a ambas que nos fuéramos a dicho lugar, no nos tardamos para levantarnos e irnos.

— ¿Puedo arrancarle los ojos?—no tardo en decir Elaine cuando apenas cruzamos el baño.

—Debes calmarte, pareces una celopata—murmuré y me senté en el tocador mientras Elaine caminaba de un lado hacia el otro y Molly hacia ejercicios de respiración.

—Lo dices con facilidad porque no están viendo a tu novio o al chico que te gusta—ella grito de la frustración.

—Sería un crimen si intentáramos hacer algo con ella—opino Molly.

—Chicas... Respiren y piensen en lo que dicen—les dije a ambas pero no resulto porque me fulminaron con la mirada.

Es mejor no decirles nada cuando están más que encolerizadas, conocía a Elaine y la única manera para hacer que ella se calmara es dejando que se desahogue, mientras que Molly por lo menos con los ejercicios de relajación que ha aprendido en sus clases de yoga, ha empezado a entrar en un estado de control.

— ¿Calmadas?—les pregunte a ambas haciendo que asintieran.

Mire el reloj de pulsera de mi mano y me di cuenta que ya habían pasado quince minutos desde que nos quedamos en el baño, esperando a que mis amigas se llegaran a calmar así que, cuando ya nos encontrábamos listas, salimos del baño para regresar a las mesas, donde con solo sentarnos, Justin le hizo una pregunta a Molly quien solo le respondió con monosílabos mientras que Elaine ignoro ciertas palabras que Adrién le decía a ella cuando reviso su celular.

La comida llego y no tardamos todos en comer, la mayoría de platos se basaban en carne con verduras y aunque Caden y Adrién se mostraron pasivos a la hora de comerlo cuando pensé que por lo menos Caden sería quien se tomara de una manera agresiva la comida, pero no fue así.

—Entonces, tu apellido es Hewlett, Gemma. —Enarque la ceja con el interés que lo dijo Caden.

— ¿Por qué?—metí un trozo de carne en mi boca.

—Es que alguna vez escuché ese apellido... Eres hija de Baltashar y Harlen Hewlett. —Negué rápido.

—Mis padres se llaman Marlon y Joyce Hewlett. —Aclaré.

No sé porque Caden le dio una mirada corta a Adrién quien pareció un poco incómodo con su mirada, ni siquiera me quedo tiempo para seguir preguntando cuando Elaine habló.

— ¿Cuál es tu apellido?—le preguntó ella a Caden.

—Dankworth—murmuro con comida en la boca.

—Tu apellido no suele ser común como el de Adrién—asintió. — ¿Son extranjeros?—achiné los ojos al ver como Elaine trataba de sacar información como una periodista.

—No. —Musitó.

Elaine estuvo a punto de persuadir a Caden para que hablara si no hubiera sido porque le pellizque el brazo para que se detuviera.

Es mejor mantenerla callada antes de que cometa un error vergonzoso; así que todos mientras comíamos nos mantuvimos callados aunque el ambiente comenzó a ser tenso, nadie tuvo la intención de cortarlo. Solo esperaba que esta noche no fuera peor de lo que yo me lo había imaginado sino estoy segura que al día siguiente culpare a Elaine por esto.

(...)

Seguía sin beber una botella de cerveza o una copa de cualquier bebida alcohólica, desde que llegamos todos excepto Caden y yo parece que nos hemos propuesto a quedarnos sobrios en todo momento sin intentar tomar algo; aunque él parece estar concentrado viendo como varios jóvenes siguen bailando, bebiendo, fumando y posiblemente tomándose unas píldoras que son drogas, sigue sin decir ni una palabra, solo se mantiene atento y a la vez, como si protegiera a Adrién quien parece estar disfrutando más que él.

Trago fuerte y juego con mis dedos al ver que seguimos sentados en el mismo lugar pero alejados a un metro de distancia como si eso evadiera nuestra presencia, en realidad, socializar con Caden es difícil. No sé cuándo se encuentra de buen o mal humor o cuando aparecerán sus ironías o chistes malos contra mí. Por eso es mejor quedarme callada y esperar que llegue la hora de marcharnos para yo poder descansar.

No sé porque por primera vez he decidido no disfrutar de una fiesta, nada más tengo la intención de beber un par de coca—colas para relajar mi ansiedad y no permitirme cometer una locura de la cual de nuevo capaz tenga que ser rescatada por mi dichoso vecino. En total, tampoco quiero dejar de estar desapercibida de los movimientos entre Elaine y Justin con Molly; ya que todos al haber bebido demasiado parecen encontrarse en ese mundo de fantasía que solo se encuentra al estar ya con los efectos del alcohol.

Caden se levanta de su lugar y pronto lo veo pasar entre unos jóvenes hasta desaparecer por un pasillo, estoy tentada a seguirlo pero mis pies parecen no responder a mi petición, así que suspirando y empezando a creer que puedo meterme en más problemas con el extraño de mi vecino, al final me levanto y camino en la misma dirección por donde ha desaparecido; encuentro dos pasillos más que pronto me llevan hasta unas escaleras que se dirigen hasta un segundo y tercer piso pero al no verlo por ningún lado, sigo caminando hasta encontrar una puerta que la termino abriendo y veo que se encuentran más gradas, pero esta vez con la diferencia que el aire que azota el pequeño cubículo es puro y no como él de adentro que huele a cigarro, sudor y alcohol.

Entro al pequeño espacio donde se encuentran las gradas para luego cerrar la puerta e ir subiendo cada uno de los escalones que me llevan hasta la azotea del local; al llegar puedo admirar de nuevo el cielo azul despejado sin ninguna nube y esta vez al ver que no se encuentra nadie, llego a suspirar tranquila al ver que aquí no hay más ruido escandaloso, jóvenes inmaduros con ganas de experimentar cualquier sustancia que pueda llevarlos a la muerte y sin lugar a dudas, un ambiente en el cual no tenga que estar incomoda sin poder disfrutar.

Antes de avanzar, a un lado veo a Caden, quien tiene pie puesto debajo del barandal del local, mientras que del bolsillo de su vaquero negro saca una cajetilla de cigarros Malboro donde pronto saca uno y con un encendedor lo enciende hasta empezar a ver como inhala el humor y pronto lo deja salir de su boca provocando que el humo pronto se lo lleve el viento.

—Piensas quedarte ahí—su llamado pronto hizo que mi piel se erizara.

Me aleje de la puerta para caminar hasta donde él se encontraba, su postura no cambio ni aunque me acercará y fue imposible no tratar de sentirme nerviosa al estar a solas con él. Me puse a su lado y metí mis manos en los bolsillos de los jeans para luego quedarme viendo el paisaje que mostraba el lugar al ser un poco alto.

—Pensaba que te quedarías vigilando a tu cuartada—volvió a ponerse el cigarro en su boca.

—Elaine y Justin saben cuidarse, yo soy la descuidada que no sabe lidiar con el alcohol—dije avergonzada.

—Lo sé—dijo soltando el humo del cigarro por su boca y nariz.

—Pensé que te gustaba este tipo de cosas y más la música—dejo salir una risa.

—Odio estar al lado de un montón de críos que al día siguiente aparecerán en un lugar desconocido sin saber lo que les sucedió la noche anterior—comentó.

—Tienes razón. —Suspiré derrotada. —Aunque la música es casi del estilo que escuchas en tu apartamento.

—Eso no quiera decir que me guste escucharla día y noche—hice una mueca ante su respuesta seria.

De nuevo me quede sin comentarios, así que solo me limite ver el más allá mientras que el humo del cigarro de Caden seguía esparciéndose junto con el viento cuando lo soltaba. Parecía tan entretenido viendo el horizonte que tampoco llego a mencionar alguna palabra, solo se quedó callado mientras podía escuchar su respiración.

— ¿Puedo saber por qué me preguntaste por mi apellido y mis padres?—me miro de reojo.

— ¿Debo de darte explicaciones?—puse los ojos en blanco.

—Deja de reaccionar así conmigo, siempre te comportas tan frío que a veces evito darte una golpiza—esta vez rió con mi comentario.

Se mantuvo en silencio hasta que tiro la colilla de cigarro en el suelo y la pateo hasta cruzar los brazos y darme una mirada de desaprobación. Sus ojos celestes se volvían oscuros ante la oscuridad pero al ser reflejados con la luz de la luna parecían tornarse más claros aunque es extraño que se viera unas pequeñas manchas rojas alrededor del iris.

— ¿Estás buscando a esas persona?—le pregunté.

—Fue simple curiosidad, mis padres conocían a esas personas y desaparecieron hace años sin dejar rastro—reveló.

Quizás los estaba buscando y por eso es que se mudó a Portland pero no había mucha información para unir ese rompecabezas y decir que esa es la razón por la que está aquí.

—No quiero ser aguafiestas pero... ¿quisieras marcharte de aquí?—me sorprendió la razón por la que me preguntara.

—Sí fuera posible si—no intercedí ante mi respuesta.

—Vamos.

Me hizo una señal con la cabeza en el momento en que caminaba hasta la puerta, en realidad no es momento para decir que no cuando él parece salvarme de otra situación de la cual no quiero estar y aunque ha sido grosero conmigo todo este tiempo, ahora su faceta de buen ayudante me hace pensar mucho en sus cambios de humor.

— ¿No vienes?—dijo antes de abrir la puerta.

— ¿A qué viene eso de ser amable conmigo?—dudaba hasta de sus reacciones.

—No quiero arruinar la noche peleando con una mocosa como tú, así que decidí ser bueno contigo esta vez para mañana volver a la rutina de ser tu enemigo—rodé los ojos.

Bueno, una alianza o una tregua mientras finaliza este día no se escucha tan mal; por lo menos me evitare tener a un Caden mal educado durante las últimas horas que quedan de la noche y madrugada.

—Pero... y los chicos—no quería dejar a mis amigos solos.

—Adrién sabrá que hacer. —Lo seguí.

—Está ebrio. —Le comente.

—Adrién no puede emborracharse aunque lo quisiera—lo mire extraña.

— ¿Ah? ¿Qué es alemán o irlandés?—dije mi opción de respuesta inmediata porque son las personas que tardan un poco en estar con los efectos del alcohol.

—No, es parte de su organismo. —Concluyó.

De nuevo el sonido de la música fuerte hizo que mis oídos empezaran a palpitar del dolor y a sentir como un sonidito molesto se presenciaba al momento. Caden tomó la salida de emergencia para no pasar entre tanta persona así que yo seguí sus pasos hasta de nuevo estar fuera del local en definitiva y caminar hasta donde dejo su motocicleta.

—Ponte el casco—me dio el suyo.

—Lo necesitas más que yo—no lo tome.

—Gemma, tómalo y punto. No quiero discutir. —Gruñó irritado.

No dude en agarrar su casco y ponerlo encima de mi cabeza haciendo que sintiera el pesor de este, Caden se subió primero a la motocicleta para luego esperar que yo fuera la siguiente; así que con un poco de fuerza y saltó, puse mis pies en la estrimeras de la motocicleta para subir en el asiento trasero de la motocicleta y sentir como quedaba un poco alta del lugar; estaba dispuesta a agarrar los asideros que la motocicleta tiene para que uno de pasajero se agarre cuando escuché hablar a Caden.

—Puedes agarrarte de mí si quieres—sonrió con malicia.

—No gracias, para eso has puesto en tu motocicleta esto—le enseñe los asideros.

—Como quieras. Solo te advierto que le suelo poner mucha velocidad a mi motocicleta—bufé.

—Deberías ponerle marcha a la motocicleta y ya—dejo de verme para empezar a arrancar.

Lo peor de esto es que no pude reaccionar a tiempo cuando la motocicleta arrancó y pronto su velocidad se volvió tan ágil y rápida que sentí que estuve a punto de caerme si no hubiera sido porque me agarre de la cintura de Caden y lo presione tanto que sentí los músculos de su abdomen debajo de la camisa gris.

Cerré los ojos por impulso casi una parte del camino por ir rápido, en ningún momento quite las manos de su lugar hasta que Caden disminuyo la velocidad y escuché su risa maléfica.

—Menos mal que usarías los asideros para sostenerte—achiné los ojos pero no podía verme.

—Te odio Caden. Casi provocas que me caiga y agarre un trauma al estar en una motocicleta con un loco que no mide la velocidad—le grite por si no me escuchaba.

—Es bueno escuchar eso—parecía que le gustaba verme en vuelta en estas situaciones desagradables de miedo.

Abrí ojos con cuidado como si fuera un modo para no lastimarme pero apenas lo hice cuando descubrí que el viaje es agradable al ver cómo puedo concentrarme viendo la naturaleza del lugar, el sonido del viento chocar por el casco y sentir como mi piel se erizaba con el frío de la noche.

Caden doblo en una calle para luego para en una gasolinera, estacionó la motocicleta, le puso la muleta y se bajó primera para luego ayudarme a bajar donde me quede unos minutos petrificada al sentir sus manos en mi cintura. Cuando tuve los pies en el suelo, me quite el casco y se lo devolví para que él llevarlo en el brazo, ambos caminamos dentro del pequeño mini supermercado de la gasolinera para luego ver como él agarraba otra cajetilla de cigarros, un paquete de cervezas Corona y unas frituras.

—Agarra lo que quieras—me dijo con una voz tranquila.

—Puedo pedir un café—camine hasta el cajero quien tenía detrás de él las máquinas para hacer cafés y capuchinos.

—Pídelo—asentí feliz.

Pedí un café y unos nachos—sí, unos nachos con café es algo anormal de una persona pero tenía hambre y quiero comer nachos—, Caden fue el que pago todo porque no me dejo darle el dinero para luego salir y del lugar y sentarnos en la acera del local donde acabamos de entrar y salir con comida y una cajetilla de cigarros.

Mientras que Caden tomaba de una de las cervezas y fumaba, yo me quede comiendo de mis nachos mientras los untaba con el queso y el chilis, estaban tan ricos que si no me desespero iré por otros pronto; nos quedamos en silencio observando la tranquilidad de la zona, la gasolinera no se mostraba llena y apenas pasaban unos cuantos autos no de manera seguida, la brisa del aire movía a los árboles y lo que me tranquilizaba más es que nada se encontraba arruinando la noche.

— ¿Quieres uno?—le mostré los nachos a Caden.

Él asintió y agarro uno grande repleto de queso y chilis, lo adentro a su boca y empezó a masticar hasta que al terminar se limpió sus dedos al adentrarlos también su boca y con su lengua limpiar las comisuras de sus labios.

—Una adicción a la vez—le susurre.

— ¿Qué?—no comprendió lo que le dije.

—Estás tomando y fumando al mismo tiempo, haz una cosa primero y luego la otra—sonrió pero no dejo de tomar cerveza y fumar a la vez.

Por lo menos hasta ahora, no hemos llegado a pelear o a decirnos cosas que no deberíamos. Creería que hasta discutir con Caden es más fácil que hacerlo con mis padres.

Antes de seguir tomando un poco más de café, mire hacia mi lado y casi me quede petrificada al ver un lobo blanco, este parecía ser diferente que los demás que he visto por el hecho de que su pelo es más grande y esponjado, su hocico es más largo y sus patas parecen tener grandes huellas junto con sus garras que las lleva por fuera como si intentara atacar; lo seguí mirando sin decir una palabra, tanto fue así que me al no querer soltar una palabra o un movimiento rápido para que no nos atacará, tuve que alzar mi brazo hacia atrás para luego tocar una parte del cuerpo de Caden, quien al sentir que lo llamaba, lo mire detrás de mi hombro y observé como sus ojos se agrandaron a ver a la bestia que tenemos en frente.

—Caden...—el lobo dio unos pasos más al frente haciendo que empezara a tener miedo.

—No tengas miedo, solo levántate despacio—me indicó.

Ambos lo hicimos pero el lobo no gruño, no nos ladró y tampoco intento atacar. Simplemente dio varios pasos hasta nosotros y al quedar a dos o tres metros de distancia, se detuvo pero su pelaje empezó a erizarse como si pareciera que algo no le agradaba.

Caden, quien antes se mantenía detrás de mí, camino hasta él frente mientras ponía un brazo de interferencia entre nosotros como si estuviera protegiéndome del animal. Su espalda se encorvó un poco y pude ver como él trataba de mantenernos a salvo mientras esta vez el lobo agregaba otros cuatro pasos más hacía adelante.

— ¿Qué haces aquí Dalton?—escuché como balbuceo Caden.

El lobo se detuvo y solo se le quedo viendo mientras seguía sin atacarnos o aullar. De un momento a otro, percibí una tensión en los hombros y los brazos de Caden como si estuviera molesto, pero con esos pequeños minutos de distracción que tuve, los ojos del lobo blanco se habían tornado de un verde tan vivo que resaltaban en su pelaje y la oscuridad de donde se encontraba.

Un instante fue lo que perduro el color cuando el lobo se movió y nos dio la espalda, para luego dejar salir un enorme y ruidoso aullido que provoco que me cubriera los oídos con las manos, Caden se mantenía aún en su misma postura como si aquel aullido que sonaba tan molesto no le perjudicara en sus oídos. El lobo termino por dejar de hacer aquel sonido lleno de amargura que corrió rápido hasta cruzar la calle y desaparecer entre los árboles.

— ¿Estás bien?—me pregunto al bajar la guardia.

— ¿No te dolieron los oídos con ese aullido?—encogió los hombros.

—Será mejor que volvamos a Portland—camino hasta la motocicleta.

—Es extraño que hayan lobos en Oregón—me dio de nuevo el casco.

—No te deberías sorprender, a veces las manadas suelen emigrar y buscar nuevos hogares—parecía conocer del tema.

Me subí a la motocicleta para luego decidir poner mis manos alrededor de  su abdomen, me dio una mirada rápida que me provoco un sonrojo en mis mejillas que casi agradecía al casco por no dejar ver esos rasgos de mi rostro, Caden termino por arrancar la motocicleta y luego darle marcha. Esta vez no iba rápido como lo hizo la primera vez, se mantuvo en una velocidad media mientras podía apreciar el recorrido de la carretera para volver a nuestros apartamentos.

Esta noche ha sido muy extraña, tanto como el comportamiento radical que cambio Caden como la presencia del lobo blanco que fue raro que no nos atacará aunque increíble porque Caden lo llamo por su nombre como si lo conociera.

Aun debía de responder algunas preguntas de mi cabeza, pero mucho ha sido este día para seguirme creando más preguntas que puedan hacer que me dejen sin dormir. Por ahora será mejor solo quedarme apreciando este recorrido en motocicleta hasta llegar a casa. De todas formas, capaz que esto no vuelve a suceder nunca más y debo de aprovechar la oportunidad.

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