NARRADORAVio a su hombre de confianza, siendo arrastrado por una enorme loba blanca que lo sacudía como un muñeco, luchando encarnizadamente.El otro guerrero también se abalanzó a ayudarlo y el Alfa pensaba acorralarla,pero una sombra blanca y negra se precipitó a su lado derecho.Dio un salto atrás, salvando el cuello por un centímetro.Se transformó para enfrentar al gigantesco lobo indomable de Drakkar.Aun sin su modo de “guerra”, era un espécimen a temer.El lobo del Alfa se vio enredado en una lucha que duró demasiado poco.Khalum llevaba esa energía oscura y violenta, necesitaba liberarse de esa rabia.Destrozó entre sus dientes al Alfa, desgarró su garganta hasta verlo morir desangrado sobre la hierba.Se abalanzó a ayudar a su hembra, que para el caso, ya estaba finiquitando al último guerrero.En medio de cadáveres y el líquido carmesí goteando de sus caninos, Aztoria y Khalum se restregaron y rodearon.Se acariciaron como una escena apasionante y sanguinaria.Cuando los
NARRADORA—Su… Su majestad…Los sacerdotes se inclinaron, mirando a través de la enorme cortina la silueta del hombre al otro lado, sentado en el sillón.La figura del Rey Lobo siempre había sido rara.Pero hace un tiempo estaba más extraño y misterioso que nunca.—Habla —la voz fría se escuchó desde el interior, distorsionada y opresiva.—Trajimos la lista de las candidatas a novias para el torneo de la Reina… espero que sean de su agrado…El sacerdote extendió las manos con el pergamino, hasta con miedo de perderlas.La túnica de seda, pegada a la espalda con el sudor frío corriéndole por la columna vertebral.—¿Quién te autorizó a hacer un torneo?Ni siquiera hizo falta que el Rey levantara la voz, se arrojaron al suelo temblorosos.—Su… su alteza… usted me dijo que cada seis meses… yo pensé…—¿Acaso te tengo aquí para pensar nada? —la temperatura iba bajando en la sala, parecía que una mano se cerraba en torno a sus cuellos.Comenzaron a disculparse y a hacer reverencias como unos
NARRADORAA medida que Lavinia era perfumada y su cabello castaño peinado, iba apretando más y más los dientes, escuchando todas esas perversidades.Ese tipo lo que se merecía era que le cortaran las pelotas, ya se encargaría ella de eso después de robarle su magia.Fue sacada al pasillo con una pesada capa tapando su desnudez, caminando en silencio por los opresivos corredores hasta un salón donde todas las candidatas se reunían.Los candelabros del techo arrojaban una luz suave sobre los rostros maquillados y nerviosos.Se miraban y medían sus posibilidades. Algunas tímidas intentaban esconderse entre las sombras de las esquinas.Lavinia solo trataba de utilizar la poca magia que le quedaba para buscar por los recovecos de este castillo infernal.Sin embargo, algo de repente llamó su atención desde el segundo piso y subió la cabeza.A través de unas cortinas oscuras alguien la miraba, lo podía sentir.Sus ojos castaños deseaban atravesar las tinieblas. ¿Sería ese pervertido del Rey
LAVINIA Todos los músculos estaban contraídos, mis manos sudaban y mi corazón latía errático en mi pecho. Miraba al suelo, pero mis sentidos estaban pendientes al hombre inclinado detrás de mi cuerpo. Sus manos frías rozaron las mías y sentí el vibrar de una corriente. No sé, había algo que me resultaba conocido, pero ¿en qué sentido? Intenté que mi poca magia circulara para explorar al Rey, pero un escudo de energía lo bloqueaba y ocultaba.No podía pasar más allá. —Mmnnn —me estremecí cuando su respiración sopló dentro de mi sexo.Me estaba oliendo como un lobo y eso me hacía sentir avergonzada. Deseaba imaginarme el rostro grotesco de un anciano libidinoso para que me diera más asco, pero mi mente no estaba funcionando como yo quería. —Sshh —algo mojado y suave lamió desde mi clítoris hasta la entrada de mi estrecha vagina. Lo hizo varias veces, siseando y salivando. Mi trasero tenso, mis hombros temblaban, luchaba por levantarme, pero algo me presionaba. Era como si una
LAVINIAMe levanté con las piernas temblorosas y caminé hacia la pesada capa dejada sobre el suelo.El fluido lechoso bajaba por mi espalda como un rastro que había dejado atrás.Antes de tocar el picaporte, la doncella que me trajo abrió, mirándome de arriba abajo.—Vamos —fueron sus palabras, y me llevó hasta otra habitación donde esperaban más mujeres.Todos los ojos se centraron en mí, con diferentes expresiones.Sus narices de loba se movieron y algunas fruncieron el ceño. Sé muy bien que podían oler “la marca” de un macho.Me senté en una silla con las nalgas húmedas y el coño sensible.Esperando salir de esta locura.Pasó otra media hora, donde entraron más hembras al cuarto.Uno de esos hombres llamados sacerdotes irrumpió al fin, con el rostro severo, pero sus pupilas se centraron en mí por un momento.¿Será que nos iban a eliminar?Quizás me creía la muy sexy y a su majestad no le gustó mi olorcito de allá abajo.—Todas han sido seleccionadas para pasar a la siguiente ronda
LAVINIASalí de mi habitación caminando un poco incómoda.El vestido que llevaba iba bien ajustado a mi silueta, y debajo, un conjunto de ligas con encajes rodeando los muslos.Mi intimidad, apenas tapada por una pieza demasiado descarada, que se me iba encajando entre los pétalos mientras daba los pasos.Mi clítoris era constantemente estimulado por el roce y sentía que comenzaba a mojarme.¿Quién diantres mandó a ponerse algo tan pervertido?A mi mente llegaron los recuerdos de lo que viví en la tarde, y un poco más de jugo escurrió de mi coño.¡No me gustó…! maldit4 sea, solo me quedé con un orgasmo a medias… es solo biología…—Espere aquí —me indicó la doncella, y me paré en el pasillo junto con otras candidatas.Me miraron de soslayo, pero ya nadie vendría a meterse conmigo, o al menos no abiertamente; sin embargo, estaba segura de que las cosas no se quedarían así.Nos mandaron a pasar al comedor y me extrañó no ver a la beta, pero casualmente miré hacia atrás y la vi hablando c
LAVINIA—¿Acaso no te dije que me gustaban las mujeres calladas? —el hombre le dio unas nalgadas que la tuvieron gritando como meretriz. Dio la vuelta frente a ella y su rostro estaba sumido en las sombras y la luz.Lo vi tocándola, agarrándole el cabello para pegarla a él, diciéndole algo al oído que la tuvo gimiendo por más.Sus manos tensas hacían tintinear las cadenas sobre su cuerpo suspendido.Entre sus piernas femeninas aparecieron unos dedos gruesos y vi cómo su coño era abierto y penetrado, haciendo escurrir el semen de su interior que goteaba a la alfombra.Los gemidos de la beta llenaron de nuevo el cuarto y toda esa interacción morbosa me hacía sentir rara, como una fisgona pervertida.Ajena al peligro que se cernía detrás de mí.—Hhmmp —el grito asombrado se quedó en mi garganta cuando fui apresada.Un cuerpo masculino y poderoso se pegó a mi espalda.Mi boca fue sellada y mis brazos subieron sobre mi cabeza como si también estuviese apresada en el techo.Una fría respir
LAZIELSostuve el suave cuerpo de Lavinia entre mis brazos, intentando controlar mi propia magia para no causarle dolor.Me dije que iba a jugar lentamente, a seducirla y colarme bajo su piel; a mostrarle esa parte de mí que nadie conoce, pero no pude contenerme.Escuchar sus gemidos excitados, aspirar el aroma dulce de su coño, su suavidad, la cremosidad entre mis dedos, el sudor bajo mi boca…Lavinia de rodillas frente a mí, enloqueciéndome con su sumisión, con su deseo descarado y esa magia tímida que muero por devorar.Huele a sol y a luz, mi propia energía oscura se precipitó, mezclada con lujuria… casi no puedo controlarme y eso es lo que más temo.Mientras la sostenía contra mi pecho y abandonaba esta habitación que utilicé como cebo para atraerla, nos desaparecemos en medio de la bruma negra.Aún no puedo ir a mi mundo espectral y la mayoría de mis espectros quedaron atrapados ahí.Este sitio parece estéril de magia; sin embargo, no es tan así.Energía arcana poderosa del elem