"¿Qué tal, tío? ¿Hay algún avance sobre el paradero de la tía Miranti?", preguntó Lusi.
Rexy acababa de llegar a la oficina cuando ya era mediodía. Se le veía desanimado, muy diferente a lo habitual. Desde hacía unos días, Lusi había estado haciendo prácticas en la empresa de Rexy como secretaria del hombre para ayudar a la secretaria principal, a petición del propio Rexy.
En lugar de sentarse en su preciada silla, Rexy optó por sentarse en el largo sofá que había en su oficina. El hombre aflojó la corbata que sentía que le estrangulaba el cuello.
"Kak Mira ya falleció, baby, el tío llegó tarde. Ahora el tío tiene que luchar para buscar la tumba de Kak Mira y también la hija que dejó Kak Mira", respondió Rexy con mucha debilidad.
Por primera vez Lusi vio al papá de su amiga en un estado tan apagado como ahora. Se podía ver claramente la tristeza en sus ojos, lo que hizo que Lusi estuviera aún más convencida de que el hombre frente a ella amaba mucho a su hermana y se sentía muy perdid