"¡Mamá!".
El llamado de Richie sacó a Ayunda de su ensimismamiento. Permaneció inmóvil en el umbral, lo que provocó la curiosidad de los presentes.
Consciente de que era el centro de atención, Ayunda entró apresuradamente en la habitación de su hijo y se acercó a la cama. Se dio cuenta de que el ambiente había cambiado; la habitación de su hijo estaba llena de juguetes.
"¿Qué ha pasado? ¿Por qué hay tantos juguetes aquí?",
se preguntó Ayunda, deteniendo su paso.
Al ver la confusión de Ayunda, Dinar decidió acercarse y explicarle lo que estaba sucediendo.
"Estos juguetes fueron enviados por el señor Mahardika para Richie, señora".
"¿Qué? ¿Pero por qué tantos?".
Ayunda no podía creer la decisión de Mahardika. No se opondría a que Mahardika le comprara juguetes o cualquier otra cosa a su hijo, pero debería ser con moderación. Anteriormente, Ayunda no había mimado demasiado a su hijo con lujos, para evitar que desarrollara un carácter demasiado consentido.
"Perdón, señorita Dinar, no e