La actividad en el aeropuerto era frenética, con un ir y venir constante de gente. Una mujer hermosa acababa de salir de la puerta de llegadas.
La hermosa mujer, con un vestido azul, parecía estar buscando a alguien que la recogiera. Finalmente, encontró un cartel con el nombre "Juwita Stevany", que era su propio nombre. Una sonrisa se dibujó en sus labios rojos, pero desapareció al instante al darse cuenta de que quien la recibía no era quien ella esperaba.
"Bah, resulta que Mahar no vino a recogerme.
¿Por qué no vino? Le dije que regresaría hoy", pensó la hermosa mujer.
Molesta, la mujer se acercó al hombre que había sido asignado para recogerla.
"¡Dónde está el coche? ¡Date prisa, estoy cansada!", dijo la mujer llamada Juwita sin rodeos.
Su estado de ánimo cambió repentinamente porque sus expectativas no coincidían con la realidad. De hecho, durante el vuelo, había imaginado que Mahardika vendría a recogerla. Luego se abrazarían para aliviar su nostalgia. Pero en realidad, solo