Julia esbozó una sonrisa como la de Emma, realmente no tenía esa idea, solo lo hacía para disipar sus pensamientos.
Al llegar al centro de identificación para la extracción de sangre, Juan, con el fin de obtener los resultados del análisis lo antes posible, pagó extra e incluso pidió favores para acelerar el proceso.
Luisa apretó emocionada la mano del jefe, murmurando: —Faltan solo tres horas para conocer los resultados, Juan, ya casi no puedo esperar.
Juan había reducido a tres horas un proceso que normalmente tomaría varios días, muestra clara de su ansiedad interior.
—Seguramente tendremos un buen resultado, confío en mi intuición esta vez.
—Pienso igual que tú, esperaremos aquí.
Julia, al ver lo emocionados que estaban los dos, realmente no podía integrarse, así que sonrió cortésmente: —Juan, tengo asuntos pendientes en mi bufete, cuando salgan los resultados, me avisan.
La calma de Julia contrastaba notablemente con ellos. Luisa asintió comprensiva: —Ve a ocuparte de tus asuntos,