Capítulo 112
Julia pensó que si su médula ósea podía salvar al niño, tal vez podría usarla como condición para negociar con Santiago.

Julia se acercó sigilosamente hasta la entrada de la habitación del hospital y observó al niño débil y enfermo. Su corazón se conmovió ante tal imagen.

Santiago permaneció en la habitación hasta que el niño se durmió. Sin embargo, al cerrar la puerta, vio a Julia apoyada contra la pared.

Su expresión era serena, pero sus ojos no podían ocultar la decepción.

—¿Qué haces aquí?

Santiago miró nuevamente hacia la habitación y frunció el ceño.

—¿Acaso ya lo sabes todo?

Julia asintió.

—Sí, tenemos que hablar.

Una sensación de inquietud invadió a Santiago. Inclinó la cabeza y la siguió hasta la cafetería del frente.

La última vez que estuvieron allí se habían separado de mala manera. Esta vez el ambiente era diferente. Julia pidió dos cafés por iniciativa propia, parecía realmente dispuesta a negociar con él.

Santiago no tenía mucho ánimo. Desde el momento en que Julia apare
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