Historia desde el punto de vista de Finn
Finn estaba parado en la calle debajo del apartamento de Elena en el Bajo Este de Manhattan, con una caja de Cartier en la mano.
Dentro había un collar de esmeraldas que Victoria lo había ayudado a elegir.
El sol de la tarde se reflejaba sobre los diamantes, haciéndolos brillar.
Pero todo lo que él podía ver era la expresión en los ojos de Victoria cuando cambiaron de expectación a decepción.
Sus nudillos se pusieron blancos mientras apretaba la caja.
“Yo debería volver y comprarle uno también”. Pensaba él.
Pero no sabía si podría volver atrás.
Tocó el timbre.
Elena abrió la puerta vestida con un kimono de seda y una sonrisa seductora en el rostro. —Finn. ¡Qué sorpresa!
—Vine a ayudarte con esos nuevos guiones, ¿lo recuerdas? —dijo, con la mente en otra parte.
—¡Ah, claro! Lo había olvidado por completo —Ella rió suavemente. —Déjame cambiarme.
De camino al Centro Lincoln, Elena hablaba con entusiasmo sobre su próximo tour, pero Finn no podía