—Margot, tus crímenes son innumerables. ¡La cárcel es tu mejor destino! —declaró Susana.
Margot retrocedió dos pasos. —Ya entiendo, ya entiendo. Todo esto fue una conspiración de ustedes, ¿verdad?
—Margot, finalmente reaccionaste. La manera en que actuaste como una tonta hace un momento fue realmente ridícula —dijo Daniela.
—Daniela, Susana, y tú también Nicolás, ¡ustedes tres ya se habían puesto de acuerdo desde el principio! —gritó Margot.
—¡Exacto! Había cámaras de vigilancia en la sala que grabaron el momento en que pusiste el veneno. Seguimos tu juego, llevé la sopa al hospital, también hice que el hospital emitiera un certificado falso de muerte, luego regresé a buscarte para que confesaras personalmente todos los crímenes que habías cometido —explicó Susana.
Toda la sangre se desvaneció del rostro de Margot en un instante, volviéndose extremadamente pálida. Realmente no había imaginado que Susana ya se había puesto de acuerdo con Nicolás y Daniela desde el principio.
—Susana, ¿c