Capítulo 34. Coincidencia…
Narra Kilian.
Dos días después.
Los gemidos y suspiros de placer que suenan en nuestra habitación, mi gruñido mezclándose con los chillidos deseosos de Vivian, nuestros cuerpos llenos de sudor sintiéndonos pegajosos al tocarnos y su olor a coco y salado como la playa.
— Ah… Kilian… ah sí… — entierro mi rostro en su cuello sin dejar de moverme con movimientos rápidos mientras sus piernas se encuentran en mis hombros — Ah ahí… justo ahí — chilla corriéndose por tercera vez.
— Aguanta… un poco más — me separo sentándome sobre mis rodillas y bajando las piernas de mi mujer poniéndolas en mis caderas, me mira con el rostro rojo y sudoroso, jadeando de una manera increíble, provocado por el orgasmo que le he hecho llegar — Todavía no te lleno — sonrío peinando mi cabello hacia atrás con mis dedos.
— Kilian… — gruño volviendo a bajar y besarla embistiéndola con fuerza escuchándola soltar gritos y maldiciones que me prenden cada vez más de manera que me obsesiona de solo tenerla bajo mi cuerpo