Erik se encontraba completamente seguro de que ninguno de nosotros se salvaría de los efectos secundarios.
Hablando del rey de Roma, justo que se asoma. En ese momento entro Erik, se veía tranquilo, como si tuviera todo planeado. Se acercó a mí y me saludó con respeto.
"Su Alteza" dijo, y yo asentí, intentando controlar las ganas de darle un coñazo, por habernos dicho que sería algo leve.
"Disculpe las molestias. Pronto va a tener la piel como un bebé." logró decir, y ni siquiera me molesté en responderle porque el medicamento comenzó a hacer efecto y me sentía somnoliento. Me recosté en la cama, con los ojos pesados, dejándome llevar del sueño. Poco a poco, me quedé profundo.
Desperté en la enfermería. Estaba aturdido por los efectos de los medicamentos, pero la picazón y la sensación de ardor en la espalda habían desaparecido. Miré a mi alrededor y noté que las camas de David y Leo estaban vacías. Mientras que Marcel, Vino y Theodore seguían durmiendo. Erik se acercó a mí, so