Las palabras de la anciana afectaron a Damián por un largo tiempo.
Justo a finales de año, Grupo Innovar tenía numerosos asuntos pendientes, y las negociaciones con Pacific Crown avanzaban a toda velocidad. Damián y Aitana no se habían visto en medio mes.
A fin de año, Grupo Innovar organizó una cena de gala. En la recepción, Damián estaba completamente solo. En años anteriores, Aitana siempre lo acompañaba, pero este año, aunque la había invitado, ella no le había respondido.
El matrimonio del presidente de Grupo Innovar estaba en crisis, y las mujeres que deseaban ocupar su lugar eran innumerables.
Milena las despachó una por una.
En un rincón del salón, Damián sostenía una copa mientras contemplaba silenciosamente la vista nocturna de Palmas Doradas. Detrás de él apareció una figura esbelta: Susana, la novia de Lucas.
—Señor Balmaceda, ¿cómo ha estado la señorita Balmaceda últimamente?
Damián se volvió y la miró en silencio por un momento:
—Está bien. Y tú, Susana, ¿tienes planes de