Capítulo 58: Una de sus pasiones.
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1: 00 pm.
Caroline salió del territorio Real con determinación, el aire fresco acariciando su fino rostro cuando bajó del carruaje en compañía de su doncella Patricia y siendo seguida por varios escoltas a caballo.
La capital de Gorian se extendía ante ella, llena de vida y color.
Las calles estaban repletas de comerciantes, ciudadanos y visitantes que iban y venían, creando un bullicio animado esa tarde.
Siguiendo su instinto, Caroline se dirigió hacia una pequeña tienda de telas y mercería.
La campanilla sonó cuando entró, y una mujer de edad avanzada con ojos astutos, la miró con curiosidad.
—¡Lady Camil! —exclamó la mujer—. ¿Qué la trae por aquí? No es común ver a una dama de la corte en nuestra modesta tienda.
Caroline sonrió.
—Estoy buscando telas, hilos y encajes —dijo emocionada—. Quiero diseñar mis propios vestidos.
Si había algo que Caroline amaba… Era lucir bien. Un gusto vanidoso que se daba en Maita, amando la moda y el buen estilo.
Las prendas