Después de que el Sello Elíseo fuera levantado, Jacopo se recluyó por un tiempo para perfeccionar su Camino.

Era extremadamente poderoso.

Sin embargo, nadie en la Corte Celestial conocía su grado de cultivación.

Yohadric agarró los hombros de Jacopo y trató de sacarlo del asiento. No importaba cuanta fuerza ejercía, Jacopo no se movía ni un centímetro.

Jacopo movió suavemente el hombro. Una poderosa fuerza se manifestó y derribó a Yohadric. Yohadric salió volando por los aires, se estrelló contra el suelo y escupió una bocanada de sangre.

Jacopo se arregló la manga desordenada, miró a Taldor en la sala principal y dijo fríamente: "No me importa de qué universo seas, pero actualmente estás en el Duodécimo Universo. Incluso si eres un Dios Ancestral Caleum, todavía tenemos un Dios Ancestral Macrocosmos con nosotros. Regresa, esta es nuestra última advertencia".

Como Señor de la Raza Humana, Jacopo podía disfrutar de la suerte con la que estaba bendecido el Duodécimo Universo. Por l