James no había salvado solamente a Sangria, sino también la vida de la general.
La general se acercó y miró a James que paseaba tranquilamente. Preguntó con preocupación: "¿Por qué no te has ido todavía, señor?".
Su viaje a la Capital Imperial duró más de diez días.
Tras llegar a la Capital Imperial, James permaneció allí unos días más.
En total, James llevaba ya unos 20 días en Sangria. Estaba preocupada por la seguridad de James, temía que recibiera la maldición y se encontrará con la desgracia si no se marchaba pronto.
James, en cambio, estaba muy tranquilo con toda la situación. Preguntó con una sonrisa: "¿De verdad hay una maldición sobre Sangria?".
La general asintió solemnemente y dijo: "Sí, es real. Muchos hombres han venido a quedarse en Sangria. No creían que la maldición existiera. Al final, todos ellos fueron maldecidos y murieron inexplicablemente".
Le recordó a James: "Si no tienes nada más importante que hacer aquí, por favor, vete rápido".
James estaba muy inter