Él pensó que este sería el momento más glorioso de su vida. Nunca esperó que fuera el más humillante.

Peor aún, la dueña del Grupo Transgeneracional, Scarlett, les pedía una compensación de treinta mil millones de dólares.

¿Treinta mil millones de dólares?

Era una cantidad enorme que los Callahan simplemente no podían pagar.

“¿Qué pasó exactamente?”.

Lex estaba furioso y rompió los muebles y algunas antigüedades de la casa en pedazos.

Había docenas de personas reunidas en la enorme villa, pero ninguna de ellas habló.

Todos sabían que si hablaban mientras Lex estaba furioso, solo se meterían en problemas.

Después de descargar su ira, Lex se tranquilizó y se sentó en el sofá. Miró a la familia de Gladys y suplicó: “Gladys, ahora eres la única capaz de salvar a los Callahan. ¿No dijiste que tu sobrina está trabajando en el Grupo Transgeneracional? ¿No vino ella con la Señorita Brooks? Eres la única que puede ayudarnos ahora”.

“Yo…”.

Gladys estaba contra la espada y la pared.

Mi