Capítulo 1912
Tras pensárselo un momento, los Grandes Patriarcas aceptaron las condiciones. Después de todo, dos bayas eran mejor que ninguna.

Tras esto, el proceso de distribución se desarrolló sin problemas.

Los tres Grandes Patriarcas de la Secta Polaris recibieron dos bayas, mientras que Thomas, Tobias, Lucjan y Cielo obtuvieron una cada uno.

Pronto, ya no quedaban bayas.

Los que aún no habían cruzado al noveno grado no recibieron nada. Aunque estaban decepcionados, no se quejaron. En todo caso, era culpa suya por ser demasiado débiles e incapaces de hacer nada.

James sostuvo la baya en la mano mientras abrazaba su calor. La baya tenía el tamaño de un puño y brillaba con una luz púrpura. Transparente y cristalina, también podía ver vagamente la luz púrpura que recorría el interior de la baya. Era simplemente misterioso y mágico.

“Huele tan bien…”.

James olfateó la baya.

Tuvo la tentación de tragársela entera, pero sabía que aquel no era un lugar para meditar a puerta cerrada. Jam
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