Las ochenta y una agujas negras volaron por el aire como láseres, atravesando las paredes de la sala de cultivo.

La sala de cultivo estaba rodeada de roca sólida.

Sin embargo, las agujas negras atravesaron fácilmente las rocas negras.

Algunos agujeros microscópicos quedaron en la roca.

Rápidamente, las agujas negras volaron de vuelta a la sala y regresaron a la mano de Thea como un alambre de acero negro.

El alambre de acero era un arma llamada Exaltdor.

Thea había estado absorbiendo el poder de la sangre de la Tortuga Espiritual durante su meditación a puerta cerrada. Sintió el efecto de la sangre de la Tortuga Espiritual más intensamente en su actual estado mental desquiciado. Era más fuerte que antes.

Al mismo tiempo, había estado intentando descifrar las enseñanzas del Libro de la Malevolencia.

La fuerza del Exaltador combinada con la Energía Asesina era nada menos que un presentimiento.

Sin embargo, no había comprendido la técnica por completo y, por lo tanto, era incapaz