Capítulo 120

|| PUNTO DE VISTA DE BELLONA ||

Cerré la puerta de un portazo detrás de mí, con el pecho agitado y el corazón rompiéndose con cada respiración. Mis manos temblaban mientras me volvía hacia Dante, que permanecía rígido en medio de la habitación, con los ojos oscuros e indescifrables.

«¿Cómo has podido?», susurré, con las palabras apenas saliendo de mi garganta. Mi voz se quebró, al igual que el dique que había dentro de mí. «¿Cómo has podido ocultarme algo así, Dante?».

Él se acercó a mí, extendiendo las manos instintivamente, pero yo retrocedí, pegándome a la pared como si la distancia pudiera protegerme de la traición que sentía.

«Intentaba protegerte, Bellona», dijo en voz baja, casi desesperada. «No lo entiendes...».

—¡No! —le interrumpí—. Las lágrimas calientes nublaban mi visión y resbalaban por mis mejillas—. ¡No tienes derecho a decirme lo que entiendo o no entiendo! Viktor era como un padre para mí. Confiaba en él. Lo quería.

Dante apretó la mandíbula y cerró los