Entonces, uno de los subjefes llamado Rawlins Steins le dijo a Alfredo mientras lo adulaba: “Jefe, esta noche tenemos suerte. Este tipo parece el hijo de un hombre rico. Apuesto a que por fin podemos hacer una fortuna”.
Entonces, le dijo a Darryl: “Oye, ¿de qué familia eres? Dínoslo para que podamos contactarnos con ellos y paguen tu rescate”.
Inmediatamente, Alfredo y otros subjefes miraron a Darryl con media sonrisa. Para ellos, Darryl era como una marioneta sujeta a un hilo, y podían hacer lo que quisieran con él.
En ese momento, Raquel también miró fijamente a Darryl para ver su respuesta.
Darryl se rio entre dientes mientras todos lo miraban y dijo despreocupadamente: “Caballeros, se han equivocado. No soy hijo de ningún hombre rico. Solo soy un peregrino dentro de la comunidad. Si están intentando utilizarme para conseguir dinero, me temo que eso no va a funcionar”.
Mientras Darryl hablaba, mantuvo la cara seria, sin el menor rastro de pánico.
‘¿Eh?’.
Cuando oyeron lo que