¡Viva la Emperatriz!
Ella solo lo había golpeado una vez, ¡y eso fue suficiente para derribar al b*stardo!
"Eres un viajero del mundo".
Yvette se acercó lentamente a Sergio mientras hablaba en un tono frío como el hielo. "Pero estás aquí afuera aprovechándote de los débiles y abusando de tu poder. ¿Debería perdonarte la vida o matarte?".
Su voz no era fuerte, pero irradiaba una autoridad férrea que no dejaba lugar a dudas.
Apenas se podía respirar en el aura que rodeaba a Yvette.
Sergio entró en pánico. Su arrogancia y condescendencia desaparecieron mientras tragaba saliva y le suplicaba a Yvette con todas sus fuerzas. "Mi querida, quiero decir, Honorable Señorita, no debí haberle faltado el respeto. Por favor, perdóneme y déjeme vivir".
Sergio estaba a punto de llorar.
Él pensó que tendría la oportunidad de divertirse con aquella bella dama. Nunca imaginó que se enfrentaría a alguien tan aterrador. Había cavado su propia tumba, pidiendo ser castigado.
Al mismo tiempo, también