"¡Diego!".

La expresión de Jedidías era cenicienta mientras le preguntaba: "¿Qué fue lo pasó? ¿Qué haces aquí tan tarde? ¿Quién te hirió tanto? Además, ¿dónde está Khloris?".

Las miradas de los otros miembros de la secta se posaron intensamente en Diego. Parecían estar esperando una respuesta de él también.

Diego respiró profundamente y habló débilmente: "Estaba haciendo la ronda esta noche cuando escuché un ruido en el calabozo de agua, así que vine a ver qué estaba pasando. Cuando llegué, vi a Oliva intentando ayudar a Khloris a escapar".

La expresión de Diego era totalmente solemne mientras hablaba, pero su pecho palpitaba de incertidumbre.

No podía decirles que irrumpió en el calabozo de agua e intentó aprovecharse de Khloris, así que solo podía mentir.

"¿Oliva volvió?".

Jedidías frunció ligeramente el ceño. "¿Y se llevó a Khloris con ella?".

"¡Exactamente!".

Diego asintió, poniendo una expresión de vergüenza y rabia. "Intenté detenerla, pero Oliva parece haber aprendido h