Ileana frunció el ceño ligeramente y recorrió con la mirada a todos. “Mis leales súbditos, el clan Dragón Verde ha sido sometido por Rogart. Según la información que recibimos, Rogart todavía tiene que lidiar con la Puerta del Elíseo, la Montaña de las Flores y otras sectas. ¿Qué piensan al respecto?”.

Los enviados y los intendentes solo se miraron, pues ninguno se atrevió a dar un paso adelante. Finalmente, un enviado se adelantó y, en un tono complicado, dijo: “Ese es un asunto entre la Región Divina y los Nueve Continentes. No creo que debamos intervenir...”.

De repente, Dane entró rápidamente al salón e inmediatamente se arrodilló. “¡Saludos, Su Majestad!”.

Ileana frunció el ceño y su hermoso rostro reveló su disgusto por la interrupción. “Dane, ¿qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar patrullando alrededor de la fortaleza?”.

Inmediatamente, todos los ojos se volvieron hacia Dane.

Dane se rascó la cabeza vergonzosamente. “Su Majestad, tengo algo que informarle. Capturé a u