Darryl sonrió y se burló de Bonnie: “Bueno, no tiene sentido quejarse si ya perdiste. Además, tampoco tomaste el control del Templo de la Luz honorablemente, ¿no es así?”.
“Tú…”.
Bonnie estaba sonrojada. Quería refutar a Darryl, pero no sabía qué decir.
“¡Santo Señor!”.
El Paladín del Pegaso avanzó rápidamente, señaló a Bonnie y gritó: “Esa mujer es malvada. Tenemos que matarla”.
El Paladín del León Dorado y los otros paladines estuvieron de acuerdo e intervinieron.
“Sí, esa mujer es muy malvada. No podemos dejarla ir así como así”.
“Fue todo gracias a ella que el Templo de la Luz casi cae en mala fama”.
“¡Ejecútenla!”.
Todos estaban enojados y Bonnie comenzó a temblar. De repente, ella sintió un poco de pánico.
Bonnie no tenía miedo de caer en manos de otra persona, ya que era una hada, y tampoco podía ser asesinada por medios ordinarios. Por otro lado, Darryl era diferente. Sabía sobre el origen de Bonnie y conocía muchas maneras de hacerla sufrir y desear que estuviera mue