En ese momento, la expresión facial de Yvette y del resto del grupo cambió. Sus cuerpos se estremecieron.
“Yo... creo que no puedo usar mi energía interna...”.
“Yo tampoco...”.
Los cuerpos de todos comenzaron a debilitarse mientras se sentaban inmóviles en el suelo antes de poder continuar hablando.
Zhang Jue se rio entre dientes.
Una sonrisa apareció en su rostro mientras los veía. Dio una palmada, y en ese instante, decenas de hombres vestidos de negro salieron corriendo; eran los discípulos de la Organización del Cielo Infinito.
En un abrir y cerrar de ojos, los hombres de negro ataron a Yvette y a los demás. Susan tampoco pudo escapar de la mala suerte; sus manos y piernas estaban muy bien atadas.
“Maestro, ¿por qué?”. El cuerpo de Eira se estremeció. No esperaba que Zhang Jue fuera tan retorcido.
Zhang Jue se rio con frialdad. “Mi buena discípula, no tuve más elección que hacer esto”.
“¡¿No tienes más elección?!”.
Dax miró a Zhang Jue y lo regañó. “Deja de fingir. Eres u