Héctor se curvó los labios y se burló: “Ella se dará por vencida si no viene. Podremos ahorrarnos un poco de esfuerzo y tomar libremente los negocios de las Industrias Blakely”.
Héctor exudaba confianza mientras lo decía.
Durante los últimos tres meses, él había tratado con Sofía en más de una ocasión, y todas esas veces, ella quedaba en desventaja. Así que, Héctor estaba seguro de que Sofía no se atrevería a aparecer esa noche.
Mientras pensaba en ello, Héctor sintió un poco de lástima: “Sinceramente, yo esperaba que ella viniera. Mald*ta sea, ¡su cuerpo es tan impecable! Si pudiera probarla esta noche, haría que este viaje valiera toda la pena”.
Él se rio.
Sus hombres también comenzaron a reírse; sus rostros estaban llenos de malicia.
“Sí, esa mujer es realmente increíble”.
“Maestro, si Sofía es lastimada y cae en nuestras manos, usted tendrá el plato principal, pero también déjenos algo”.
“Sí...”.
Héctor se rio y dijo: “No te preocupes, para entonces, todos los que peleen e