Incapaz de distinguir la dirección con la niebla venenosa bloqueando su vista, Darryl se sintió más indefenso que nunca. Lo que no sabía en ese momento era que estaba atrapado en la zona más peligrosa de la Región Secreta Desierta Salvaje, llamada el Valle de la Muerte por la Tribu Raksasa.

El Valle de la Muerte se extendía a una distancia total de más de mil millas, con el peligro acechando en cada esquina del entorno. Ni siquiera el guerrero más valiente de la Tribu Raksasa se atrevería a adentrarse en esta zona sin cuidado. Poco sabía Darryl que la propia naturaleza lo había puesto ante la prueba más cruel.

Perdiendo la noción del tiempo, Darryl había vagado sin saberlo por el valle durante más de tres días. En esos tres días, se había encontrado con el cuerpo de Donoghue, deformado y pudriéndose por la niebla venenosa. Su Hacha Rompecielos no aparecía por ninguna parte, posiblemente tomada por alguna bestia en la naturaleza.

Darryl no le prestó atención a sus descubrimientos.