Zane se sorprendió al escuchar eso de su padre. Su mente zumbaba mientras miraba a Darryl sin comprender.
‘¿Qué dijo mi Padre? ¿Su Majestad? ¿Este es el Emperador?'.
"¡Nathan!".
Darryl miró fijamente a Nathan y le dijo con frialdad: "Como funcionario del gobierno, tienes una gran responsabilidad sobre tus hombros para vigilar la Puerta de la Ciudad del Dragón Verde, pero tu hijo, criminal y revoltoso, estaba cometiendo crímenes tan descaradamente a plena luz del día. Así que dime, ¿eres culpable?".
¡Tun!
Nathan tembló al caer de rodillas. Luego, dijo con temor: "Soy culpable".
Zane también se arrodilló involuntariamente; su frente goteaba sudor frío. Estaba tan asustado que casi pierde el alma.
'¡Oh, no!'.
'¿He estado gritándole a Su Majestad? ¡Incluso lo amenacé con cortarle las manos y los pies y arrojarlo a las montañas para alimentar a los lobos! ¡Oh, no! He pecado. Mi vida se ha acabado’.
Darryl parecía estar indiferente. No había la más mínima fluctuación en su