Era tarde por la noche cuando Watson se adentró en la mazmorra. Algo debía estar pasando. Se acercó lentamente y miró a Megan, sonriéndole.
“Maestra de Alianza Castello, no me mire así. No la ayudé a luchar contra Donoghue durante el día porque él es demasiado poderoso. ¡Estaría muerto si tuviera que enfrentarme a él!”.
Megan parecía estar disgustada y dijo con sequedad: “Déjate de tonterías. ¿Ahora trabajas para Donoghue?”.
Aunque Megan lo había adivinado correctamente, Watson no entró en pánico. Él sonrió y dijo: “Maestra de la Alianza, no lo diga así. Solo pretendo serle leal a Donoghue. En mi corazón, usted es la persona a la que más respeto”. Él parecía sincero cuando hablaba, pero sus ojos parecían engañosos.
Esa noche, Watson fue tras las espaldas de Donoghue para visitar a Megan y poder quitarle la Flauta del Hada de Jade. Watson creía que la Flauta del Hada de Jade le pertenecía al Culto Tucker. Se supone que debía ser suyo, pero Megan era muy poderosa y no tuvo más remedi