En ese momento, Debra estaba sosteniendo a Donoghue mientras caminaban por las afueras de la ciudad real.
Mientras caminaban, Debra siguió mirando hacia atrás. Aunque no veía a ningún soldado detrás de ellos, Debra no se sentía relajada en absoluto en su corazón.
En ese momento, Donoghue respiró profundo y dijo débilmente: “Hermana Mayor, no tienes que seguir mirando hacia atrás. Darryl es una persona terrible. Incluso si enviara a su gente a perseguirnos, ellos no se dejarían ver”.
Tras escuchar eso, Debra se preocupó. “¿Qué deberíamos hacer?”.
Mientras hablaba, a Debra se le ocurrió algo y se mordió los labios. Ella dijo: “¿Por qué no regresamos al Valle Olvidado? Estaríamos a salvo si volvemos allí”.
Debra no se olvidó de revisar el estado de la herida de Donoghue. Su rostro estaba lleno de cuidado y preocupación. En su corazón, el Valle Olvidado era el lugar más seguro.
Donoghue se rio levemente y dijo lentamente: “Hermana Mayor, eres demasiado ingenua. Darryl ya debió haber