Magnolia se quedó helada y luego contestó, —Después de todo, es un hecho que la niña no tiene padre, y esos cotillas están por todas partes. Pero a Aria no le falta amor y no le importa si tiene padre o no.
A Ricardo le escoció profundamente el comentario, su padre había muerto joven, así que sabía perfectamente qué situaciones llenas de malicia podían rodear a un niño sin padre.
Habló con culpabilidad, —Nadie volverá a atreverse a hablar así de ella.
Habló con una sonrisa de satisfacción, —¿Incluida tu madre?
Ricardo frunció el ceño, —Cuando despierte, enviaré a alguien a sacarla de este hospital.
Magnolia se sintió quieta al tener la promesa de Ricardo, siempre y cuando la señora Vargas no viniera a armar jaleo mañana, cuando se donara la médula ósea.
Hizo una pausa y dijo, —¿Por qué no descansas un poco y te dejo en paz?
—¿Simplemente te vas?
¿Qué?
Preguntó Magnolia, —¿Qué más quieres?
—Hazme un favor.
Ricardo estaba tumbado en la cama con puntos de sutura rezagados en el dorso de l