Al ver esa figura familiar, Magnolia pensó que tal vez su fiebre le estaba jugando una mala pasada.
¿Qué hacía Ricardo allí?
Magdalena se acercó de inmediato a él con una sonrisa. —Ricardo, ¿tú también estás aquí?
Ricardo, vestido con un traje oscuro, estaba rodeado de un grupo de personas, todos con expresiones serias y en postura firme.
No mostró ninguna emoción en su rostro al ver a Magdalena, pero cuando sus ojos se posaron en Magnolia detrás de ella, frunció levemente el ceño.
Magdalena explicó rápidamente: —Estoy pensando en redecorar la casa, y resulta que el estudio donde trabaja la señorita Fernández tiene muy buena reputación, así que les encargué el trabajo. No pensé que hoy vendría ella.
Alexandra la urgió: —Magnolia, ¿por qué estás ahí parada afuera? Ven y elige algo.
Magnolia miró a la pareja que estaba allí y, a pesar de su incomodidad, se acercó finalmente. Sin siquiera mirar a Ricardo, preguntó a Magdalena con voz plana: —¿Qué tipo de colchón necesitas, señorita Ruiz?